Real de Catorce

J. Rogelio Sandoval T.

Pueblo mágico

Al llegar al pueblo fantasma de Real de Catorce como también se le conoce, nos recibió dándonos la bienvenida un gran arco que pone fin al camino de terracería que nos acompañó los 24 km. que tiene este de recorrido.

Madrugamos, eran las 07:00 de la mañana y estábamos prestos a iniciar nuestra aventura por   aquel interesante lugar.  Comenzaban a asomarse los primeros rayos de sol  y esto mitigo el frio del amanecer, el clima aquí es frio casi todo el año nos advierten los lugareños, dándose las temperaturas más bajas los últimos y primeros meses de cada año. Así que se recomienda siempre venir bien abrigados.

Antes de cruzar el túnel que comunica a este pueblo mágico con el exterior, se pueden apreciar algunas construcciones color Ocre, hechas de cantera que por efecto del sol se mimetizan con los áridos cerros que los circundan.

Como les decía para llegar al pueblo hay que cruzar un túnel, “EL TUNEL OGARRIO” que antiguamente fue una mina llamada Dolores Trompeta, tiene dos kilómetros con trescientos metros de largo, conserva aun los recovecos a los lados, en donde  los mineros entraban a extraer el mineral,  ahí también se encuentra una capilla en la cual cada año el Viernes de dolores se oficia una misa venerando a la virgen de Dolores.

Tunel Ogarrio, Real de Catorce.

Al salir del túnel nos dirigimos a la plaza principal, no sin antes probar las típicas gorditas de flor de cabuche.

En la plaza principal destaca el templo dedicado a la Purísima Concepción patrona de los mineros (1817) de estilo neoclásico.

Después del auge minero, Real de Catorce  se va en declive y es abandonado por la gran mayoría de la gente y pasa de tener 15000 habitantes a menos de 300, de ahí se le da el título de pueblo fantasma, resurgiendo tiempo después de manera religiosa gracias a la imagen de Sn. Francisco de Asís, santo muy milagroso. Nos cuenta la guía que el pueblo tiene dos tipos de turismo: el  turismo de historia y cultura y el turismo religioso que es constante (los fines de semana) y no deja de visitar el pueblo por los favores del milagroso santo. Su fiesta se realiza el 4 de octubre, se recomienda al turismo de historia y cultura no asistir en esas fechas por lo incómodo que se torna el acceso para llegar, dado que es concurrido por cientos de peregrinos, y esos días es complicado apreciar sus calles y los atractivos que ofrece esta localidad fantasma.

Otros lugares que ofrece Real de Catorce después de conocer la plaza principal es visitar la casona que sirvió como Casa de Moneda entre los años de 1865 a 1866. Cruzando la calle  encontrarás el Palacio Municipal, y más adelante el interesante  Palenque de Gallos, con asientos labrados en piedra, que evoca los teatros de la antigua Grecia, les comento que ha servido como escenario  para portadas de discos de artistas famosos.

Real de Catorce se ha ganado la fama de ser un set cinematográfico filmándose aquí varias películas y telenovelas, entre las más emblemáticas están: Pedro Paramo (1975) La Mexicana (1999), las bandidas (2005) y otras.

Una de las aventuras que no te puedes perder y te  la recomiendo, es explorar sus alrededores en los famosos Willys que son vehículos todoterreno, muy semejantes a los  Jeep actuales, los puedes rentar en el pueblo $250.00 p/p (se tienen que reunir como mínimo un grupo de 7 personas para realizar el paseo)  este emocionante recorrido se da entre  brechas y caminos agrestes, cruzaras las planicies semidesérticas y elevaciones que alcanzan los tres mil metros sobre el nivel del mar, descubrirás,  parajes y lugares cargados de historia.

Algunos de los nuevos atractivos que Real de Catorce ofrece al turismo es visitar su mirador de cristal y las colosales manos de San Francisco de Asís que sobresalen al desfiladero, en donde podrás tomar increíbles y atrevidas fotografías pagando la entrada de $50.00 y $100.00 P/P respectivamente, o lanzarte en la tirolesa que cruza el acantilado.

Al caminar por las calles empedradas de este pueblo iras descubriendo entre pronunciadas subidas y empinadas bajadas, una a una sus construcciones de cantera, paredes de adobe roídas por la erosión, y techos altos que te transportan a un sitio en donde sientes que el tiempo no ha pasado. Esto y más es lo que te ofrece Real de Catorce, Pueblo Mágico.