Por: Ale Gil
Fotografías: https://www.instagram.com/therealchristopherrobin/
México no es el único país que sufre de violencia, Estados Unidos tiene su propia historia de lucha sobre todo cuando se refiere a las armas, porque dentro de las muchas libertades con las cuales se cuenta en el país del norte, una de ellas es la portación de estos artefactos que han terminado cobrando muchas vidas, un claro ejemplo de esta protesta la hacen en Moms Demand Action que es una manifestación de madres en contra del acceso a las armas, quienes año con año llevan su protesta a la acción, lo más espectacular de esta clase de acciones en pro de un mundo libre de violencia, es que terminan cruzando fronteras y uniendo a diversos grupos, un claro ejemplo es la participación que tuvo Christopher Robin, el cantante mexicano quien compartió escenario con Julianne Moore y Melissa Joan Hart en el espacio artístico de Moms Demand Action, ante esta participación Christopher nos comenta su sentimiento de cruzar fronteras a través de esta participación «A veces me preguntan ‘¿de dónde eres?’ Cuando les digo que soy de México, siento que pongo el nombre de mi país al frente», además esta participación fue muy importante para Christopher porque él admiraba a sus compañeras de escenario por lo que del asombro, pasó al éxito:
«Me di cuenta de que estaba cantando en un evento en el que también estaba Julianne Moore… me dio mucho gusto y satisfacción, pero también fue una responsabilidad porque representaba a México de alguna manera».
Pero en ocasiones cuando pensamos en los resultados nos olvidamos del proceso, por lo que es indispensable pensar que la odisea, que ha llevado este cantante y actor mexicano a presentarse en escenarios internacionales, comenzó a los ocho años, edad en la que comenzó a estudiar música.
«Luego, cuando cumplí doce, me entrené para tocar piano y un día empecé a cantar, que es lo que más me gusta», recuerda Robin.
A partir de entonces vivió el vértigo de quien encuentra cada vez más oportunidades a través de su talento.
«Empecé asistiendo a concursos de canto y después me invitaron a ser telonero de conciertos. El primero que abrí fue uno de Kalimba y ese fue el comienzo de giras con Paty Cantú, Kudai, Jesse y Joy«.
Hizo colaboraciones con Nicho Hinojosa y participó en «La Voz México» mientras tomaba cursos y talleres en Nueva York. «La verdad es que el tipo de música que canto es pop y de teatro musical. Esas participaciones en las giras me ayudaron a decidir y prepararme para dar el salto. En Nueva York fui conociendo gente y de pronto ya me estaban invitando a participar en Moms Demand Action«.
A partir de esas invitaciones surgieron otras: a finales de 2022 cantó en el Lincoln Center de NYC, en el área de Lincoln Square, donde se encendió el árbol de Navidad. Ahí, el mexicano cantó la canción de regional mexicano «La Cigarra», acompañado por mariachi. Brincó entonces a Broadway, en donde fue invitado como el cantante principal del show «Broadway Sessions». Se trata de un espectáculo que combina un espectáculo teatral en la cartelera de Broadway con un invitado. Y en junio pasado, Robin cantó con «Kimberly Akimbo», la obra ganadora del premio Tony por Mejor musical del año.
«Es un escenario que han pisado grandes cantantes, incluyendo a Ariana Grande. Estar ahí es una mezcla de adrenalina y orgullo por la disciplina que he mantenido como artista y que es la que me ha dado estos resultados».
Ahora, Christopher Robin trabaja en otro paso importante en su carrera: una canción que es producida por Dibs, quien ha trabajado con Carly Rae Jepsen y en cuya biografía está el récord de 200 millones de reproducciones en Spotify.
Todo esto, sin perder de vista su ideal principal:
«Lo más me importa es contribuir al empoderamiento de las personas, crear un cambio positivo en el mundo».
Sin duda alguna, Christopher Robin es un claro ejemplo de como seguir tus pasiones tiene grandes resultados, pero sobre todo qué para llegar a ese punto es indispensable, responsabilidad, compromiso y preparación, además también nos deja al descubierto cómo las artes pueden servir como protesta o apoyo a proyectos que luchen contra la violencia.
